Mientras ha avanzado el tiempo, nos vamos dando cuenta de un patrón en el actuar de los bloques sociales. Mientras en A.S. los disturbios son sindicalizados y el ambiente ha inundado a todos los que nos cruzamos, el descalabro mayor lo ha dejado la protesta contra el Neoliberalismo –según han indicado-.
Impactantes imágenes e informes desde todo el país dan cuenta de un caos general y disturbios sin parangón. Las noticias, rápidas, indican de lesionados y detenidos dado que ellas está a la vista de los medios. Sin embargo, el lado B de las historias no es contado por carecer de espectacularidad, no así de importancia.
Las protestas se llenan de “lumpen” y esa es –una convicción secular- el más alto grado de preocupación que tienen los aparatos represores. Al ser confusos en sus distinciones, los componentes disuasivos no discriminan y atacan a priori, en forma general, haciendo uso de una encendida violencia. Claro está el nivel de adoctrinamiento y también de instrucción.
Mientras pase el tiempo los medios y las agencias darán sus evaluaciones, remitiéndose a lo que la autoridad indique y la oposición pregone. Dejando de lado el más contundente de los hechos: Las protestas acá en Chile son manipuladas, intervenidas y cáusticas.
Fijate.cl